viernes

Sopa de tomate con chile pasilla


Una buena sopa siempre es reconfortante.

Se pelan unos tomates chontos bien maduros y  frescos, los chiles se ponen a hidratar en algo de caldo tibio por un rato (si no les gusta taaan picante, retiren las semillas antes), se corta cebolla en cubos, se pelan ajos y se pone a sofreír todo en una cantidad más bien generosa de mantequilla.  Siempre primero la cebolla con los ajos y una pizca de sal, cuando ya estén trasparentes, el resto.

Luego se le puede poner una tapa, sobretodo para que los tomates suelten todos sus jugos.  No lo sobre-cocinen, entre 5 y 10 minutos será más que suficiente.  Luego, a la licuadora con un poco de caldo de vegetales, si no tienen a la mano, agua estará bien.  No le pongan en exceso, esta sopa es ideal un poco espesa y cremosa.

Es bueno colarla para eliminar los residuos de la piel del chile y las semillas. Después, de nuevo a la olla, en fuego bajo vamos a ajustar la sazón, ahora si sal suficiente, pimienta, algo de azúcar morena o panela rayada para balancear la acidez del tomate y darle unas notas dulces que irán fantásticas con el picante.

Es mejor no dejarla hervir para conservar al máximo el sabor, la textura y los nutrientes.

Previamente, pasen una pechuga de pollo por la parrilla, sin sobre cocinarla, sólo necesitará sal y pimienta.  Luego la cortan en cubos, de igual forma el queso costeño (bajo en sal), o pueden poner queso paipa, o cualquier queso fresco o semi-fresco.  Esta será la guarnición.  Para servir, pongan la sopa, un poco del pollo y el queso, un poco de crema de leche y abundante perejil fresco picado.  A disfrutar!